Proyecto para un curso de expresión a través del arte

Content goes here
La expresión artística como medio para el auto-conocimiento y la curación.

¿El arte, sirve para algo?

Hay una creencia general de que el arte carece de un valor práctico en la vida cotidiana, que al no servir para comer o beber, ni sentarse en él, ni lavar la ropa o conservar los alimentos ni para desplazarse a gran velocidad, no sirve para nada, que es un lujo superfluo y como mucho adorna las paredes de las casas.

Sin embargo cabe preguntarse porqué ejerce esa fascinación  que lleva a la gente a hacer colas interminables para ver una exposición en un museo o asistir a un concierto, o que entren en una especie de éxtasis bailando o escuchando música.

La respuesta habría que buscarla en los orígenes mismos de la humanidad.
Por las huellas que han dejado las sucesivas civilizaciones, sabemos que incluso desde la prehistoria el ser humano le dio muchísima importancia  al arte, incluso una función primordial para la comunidad. Tanto las pinturas rupestres  como primitivos instrumentos musicales, máscaras y otros elementos rituales,  nos muestran que nuestros antepasados le otorgaban al arte un poder mágico, y que a su vez la magia era el medio para comunicarse con los dioses, conjurar los males de la  naturaleza  y curar las enfermedades.

Tanto el arte como la  medicina  tienen pues ese origen común en la magia. El sacerdote-brujo-médico, mediante la palabra, los cantos, la danza y los símbolos que portaba, era el mediador entre las personas y los poderes superiores.

A  medida que la humanidad ha ido evolucionando, al mismo tiempo ha ido separando esas funciones. Por un lado la medicina adquirió categoría de ciencia desligada de toda actividad espiritual, la religión se fue institucionalizando quedando en meros rituales sin sentido y el arte se redujo a una  experiencia estética. Mente y cuerpo quedaron separados.

Sin embargo el arte cumple para la comunidad la misma función que los sueños cumplen para el individuo: liberan el inconsciente y lo salvan de la locura, por lo que creer que se puede vivir sin arte es tan falso como pensar que podemos subsistir sin dormir o alimentándonos sólo con pastillas de vitaminas.

Por eso la poesía, la música, la danza, las artes plásticas, no sólo embellecen lo cotidiano, también lo iluminan de otra manera, nos hacen ver la realidad desde otro ángulo. El arte comunica al ser humano con el inconsciente, individual y colectivo, y libera monstruos, que de quedar atrapados en el interior de la persona acaban por enfermarla e incluso destruirla.

Pintura, otras artes, salud y felicidad.

Con los instrumentos propios de la pintura: papel, lienzos, madera como soporte, lápices, ceras, carboncillos, témpera, óleo, acrílico como medio, intentaremos llevar a la práctica este planteamiento: que la actividad artística nos ayuda a conocernos mejor, libera tensiones físicas y psíquicas y nos procura un equilibrio entre la mente y el cuerpo.

Partiremos de técnicas que liberan nuestro inconsciente como la escritura automática, buscando formas reconocibles en los garabatos que aparentemente no tienen sentido, o utilizando nuestros sueños como tema para desarrollar. Y también nuestros cuerpos y las formas y colores que nos rodean, la naturaleza y las cosas y paisajes creados por el hombre.
Utilizaremos la forma y el color como expresión de los sentimientos y esto lo haremos tanto de forma individual como colectiva.

Al mismo tiempo que adquirimos destreza técnica en el uso de los materiales, iremos descubriendo nuestra propia voz, nuestra particular manera de expresar nuestros deseos, miedos y fantasías.

Y no sólo la pintura: poesía, música, danza, todas las artes cumplen ese objetivo que no es otro que mejorar al ser humano a través de la experiencia estética y ayudarlo a comunicarse consigo mismo y con sus semejantes.

Aprendiendo a componer una obra, restituimos nuestro propio equilibrio para relacionarnos con armonía con el entorno.

Al sacar hacia fuera nuestros monstruos interiores, los tornamos inofensivos, incapaces de hacer o hacernos daño. Recuperamos en definitiva la salud, allanando el camino a la felicidad

1 Comentario

  1. Marta Tallarico

    Comentarios muy interesantes en cuando a la experiencia individual y colectiva. En los tiempos que corren donde todo parece tan confuso el arte puede ser un instrumento válido en el mejoramiento de la vida privada y pública. Nos tocan tiempos difíciles de transformaciones y luchas, las personas pierden los referentes que les otorgan un poco de certezas en el duro oficio de vivir. Se acentúa la soledad ontológica del hombre. Creo que el arte puede operar en esta emergente emergencia. Lo tuyo conlleva una crítica profunda de la realidad visible, representa el dolor de no comprender lo que somos. De no aceptar nuestro destino trágico y buscar certezas. Y tal vez encontrarlas por momentos. Tu arte es sanador, sana por medio del dolor y la aceptación de las carencias o la transformación de las mismas. Me conmueve.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

*

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>