Norberto Goldburg expone en la Galería Toro.
“ Porque la sangre es el lenguaje que comprenden las divinidades ”
De Petra ( La ciudad rosa) . José Luapiáñez
Norberto Goldburg expone de nuevo, prosiguiendo en su relato continuo, buscando la esencia de la vida, esencia encerrada en la materia, que efluye sus radiaciones en el ambiente; vida, esencia, radiaciones, sentimientos, siempre todo presente, para ocultar y también descifrar, si se es capaz, los arcanos de la realidad, anodina y confusa al lerdo en sentimientos, rica y atractiva a los espíritus ávidos de su influjo.
N.Goldburg describe las fuerzas, o genios, que ejercen su poder en el devenir presente, modelando los destinos, las realidades de cada individuo. Pasión, gozo, dolor, felicidad, miedo desasosiego ante el futuro, son sentimientos primigenios que fluyen en los pensamientos que intenta explicar, mediante un lenguaje plástico a través de la imagen, rico en matices, sugerente a los sentidos, múltiple en significado, traducción de lo intangible.
Hablar de su técnica pictórica sobra, pues posee la capacidad suficiente para embarcarse en la magna empresa aquí descrita. Desarrolla los colores hasta la elaboración barroca, difumina las formas corpóreas hasta la sublimación abstracta del dibujo, transfigurándose en expresión cromática pasional. Ha ampliado su repertorio figurativo, en un cosmos de densidad grávida, esparciendo colores intensos y rotundos, que apuntalan y aceran la composición ofrecida. La naturaleza aparece en su obra; plenitud, ruptura, placidez y temor, se conjugan para completar la idea original exhibida.
El pintor profundiza en el color, traspasando los contornos para hallar el concepto nuclear que soporta su creación toda. Se sumerge en un ignoto lago, prolongación del Estigia, para rescatar los símbolos áureos del esplendor, brillo del tiempo extinguido, cuando los dioses aún habitaban entre nosotros y los hombres eran inocentes y felices.
N.Goldburg vuelve a mostrar una obra de gran valía.
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